miércoles, 17 de julio de 2013

Una lista de PEROS

He acabado la primera parte de El Alma en Llamas. Estoy contenta.
La he corregido, la he pulido y creo que es una de las historias que he escrito que me deja más satisfecha PEEEEERO (siempre tiene que haber algún pero y yo tengo una lista de ellos) no tengo ni idea de qué hacer con ella.
Un pequeño resumen, por si todavía no sabéis de qué va la cosa.
En un mundo completamente dependiente de unos esclavos superpoderosos a los que se les priva de la voluntad, la tecnología se revela como la única opción viable.
Por un lado tenemos a los invocadores y a los vincios, esclavos con la capacidad de controlar los elementos a los que se les mantiene controlados mediante un aro que reemplaza su voluntad con la del portador del anillo (el controlador). Y por el otro tenemos al progreso y los ingenieros que con trenes, dirigibles y tecnología en general, que van relegando a un papel secundario toda esta especie de pseudomaquinaria que utiliza la magia para funcionar.
Los vincios no eran discretos. Ni queriendo, podrían pasar inadvertidos. Su piel y su cabello se transformaban en el momento del vínculo y adquirían coloraciones que reflejaban su elemento. Y ya fueran verdes, rojos, azul oscuro o azul pálido, todos llevaban la argolla alrededor del cuello.
«Tanto poder no puede quedar sin control», rezaban los invocadores y se encomendaban al pasado, a los días oscuros del Rey vincio que trajo la desolación al mundo, hasta que llegaron los alquimistas con los aros que anulaban la voluntad y relegaban el control de su cuerpo al poseedor del anillo: el amo. «Un mal necesario», repetían aquellos que los creaban, para convencer a todo el mundo de que era imposible que esos seres camparan a sus anchas.
Pocos eran los que se presentaban voluntarios para el vínculo. Una vida de servidumbre no era un gran aliciente, pero los invocadores pagaban bien a la familia del sujeto. Un dinero que podía significar la diferencia entre la vida o morir de hambre, y no era raro el padre o la madre que se sacrificaba por sus hijos, o los hermanos que se entregaban para salvar a su familia. Detrás de cada vincio solía haber una historia de miseria y sacrificio. A pesar de eso, muchos eran reclutados en las cárceles o en el extranjero, sin pedirles opinión.
Pero, si era tan doloroso, tan difícil y tan éticamente reprobable... ¿por qué los continuaban creando?
Porque un vincio con el poder de la tierra podía cavar túneles, abrir canales y alzar muros más deprisa que una brigada de cien hombres. Porque los vincios de fuego eran más destructivos que cualquiera de las armas que empleara el enemigo. Porque no habría sequía mientras un vincio de agua utilizara su poder. Y porque no había nada que pudiera viajar más lejos y más rápido que los barcos de los vincios de aire. La esclavitud era un mal necesario en el mundo en el que vivían.
Fragmento de No podrán quitarme el cielo (relato incluido en la antología Planes B: Gaslamp)

Hace seis años, el protagonista de nuestra historia, Suke, dejó de ser un vincio Y se convirtió en un niño normal. Eso, en teoría, no es posible. Ahora vive ocultando su pasado.

1er PERO: Es una segunda parte de una primera autoconclusiva que será Rubí, cuando la acabe (pronto). Rubí tiene un FIN claro. Y si luego quieres saber qué pasó con Suke, pues bien por ti, pero no es necesario. Lo que empieza es una historia nueva. Por supuesto, el personaje es el mismo y los acontecimientos de la primera marcan su vida. Pero serían independientes, lo único es que suelto spoilers a montones. Inconvenientes de empezar la casa por el tejado.
2º PERO: La novela tiene dos ingredientes básicos: la guerra encubierta de los vincios liberados y una incipiente historia romántica.
¿Y dónde está el problema? 
Pues... en que Suke es gay.
Y seguro que todos os echáis las manos a la cabeza y decís que eso es una tontería, que no debería haber problemas y sin embargo los hay. ¿Cuántas novelas de este estilo conocéis? ¿Y dónde las publicaríais?
Ya digo que la historia romántica es muy incipiente así que no hay apenas hay escenas comprometedoras.
3er PERO (el más gordo): No está acabada.
¿Entonces? ¿Qué narices estás celebrando?
Bueno, está acabada... esta parte. Tiene un final, eso está claro. Y digamos que no lo dejo en un emocionante continuará ni nada de eso, pero hay cosas, muchas cosas que te indican que la historia no se va a quedar ahí.
He llegado al final de lo que sería la primera novela, pretendo que todo me quepa en dos así que no os asustéis pensando en trilogías, tetralogías o novelas río.  Puede que la segunda parte sea algo más larga que la primera. Puede que al final lo junte todo y no haya ni partes ni na, no sé.
En fin... que como podéis ver no es publicable, al menos, por ahora, pero la historia se sigue con facilidad y me alegra compartirla y tener lectores. La podéis seguir por Wattpad (ponéis Administrar y la agregáis a vuestra biblioteca), y además estoy colgando los capítulos en este blog y en Tumblr hago microentradas.
Es una tontería pero he disfrutado como una enana escribiendo y leyendo esta historia, solo espero que a vosotros también os guste.

9 comentarios:

Raelana dijo...

Aunque no tenga contenido sexual explícito, yo te recomendaría que la dieras a conocer en páginas de yaoi, que hay mucha gente aficionada al género y creo que podría encontrar público por ahí.

¡¡Mucha suerte!!!

Bryoria dijo...

Es buena idea, la verdad. Tendría que empezar a moverme más por ese círculo. He empezado pero no he hecho nada más que "enseñar la patita".

Hasta me he hecho un blog :P
http://historiasquequierocontarte.blogspot.com.es

Pero es como empezar de cero en un mundo que casi no conozco. Supongo que con tiempo.

L. G. Morgan dijo...

El primer "pero" no me lo parece: hay novelas así, si no quieres que te destripen nada de Rubí, te lees primero Rubí y ya está. Solo habría que comentar en el prólogo o introducción del Alma en llamas que la infancia de Suke se cuenta en la otra.

L. G. Morgan dijo...

El tercero tampoco me parece un problema. Ya hemos hablado de lo despacio que va esto, convendría ir tanteando mercado y moviendo esta novela mientras acabas la última parte.
En cuanto al segundo tema, ahí sí veo posibles limitaciones. No creo que sea cuestión de sexo sino incluso de afectos. La mayoría de la gente (hetero) se identifica con personajes heteros. Esto solo quiere decir que tu público objetivo puede ser menor, no que la novela cambie de género. Para mí el hecho de que el prota sea gay no quiere decir que deje de ser principalmente ci-fi. Incluso habrá gente que por curiosidad (eso sí, consideremos que los curiosos, en el fondo, son minoría) quiera conocer una trama amorosa gay, como pasó con Brokeback Mountain.
Eso sí, es presumible que le guste a un sector más minoritario de público. ¿No hay tramas secundarias con personajes heteros?

Bryoria dijo...

No entiendo lo de las afinidades, la verdad.
Si se supone que por ser hetero solo puedo identificarme con personajes hetero... (para empezar no sé qué hago escribiendo esto) ¿se supone que por ser mujer, solo debo identificarme con mujeres? O.o

Perdona si no estoy en absoluto de acuerdo con eso. Creo que se trata más bien una cuestión de atavismos sociales que no de "identificarse" o dejar de "identificarse" con el protagonista.

Sí, hay tramas secundarias, y hay muchísimos personajes pero no hay más tramas románticas.

L. G. Morgan dijo...

Parece ser que no me he explicado: cuando yo hablo de identificarte no quiero decir que no puedas empatizar con todo tipo de gente, esto es, ponerse en su lugar, entender sus motivaciones, gustos, sentimientos, etc. Quiero decir que, como espectador o lector, la mayoría de la gente asume un personaje como propio, se imagina él mismo haciendo o viviendo lo que hace el protagonista. En muchas series americanas llevan tiempo haciendo estudios que les indican que les conviene meter personajes negros, hispanos, mujeres, homosexuales... para captar sectores de público más amplios. Centrémonos en el tema racial. Por lo visto, la población afroamericana no se sentía representada (y por tanto no seguía esas series) en series solo de blancos, porque no les parecía que tuvieran sus problemas ni sus experiencias específicas. En el tema sexual lo mismo. Claro que me puede gustar una serie, película, libro en el que el prota sea gay, pero el grado de identificación será en la mayor parte de los casos menor. No sintonizarás en igual medida con los afectos, la atracción y tal del protagonista. En la novela romántica la mayor parte de las historias son de gente heterosexual, pero hay sectores específicos para gays y lesbianas. Y tienen su público muy fiel. A eso me refiero.

Bryoria dijo...

En realidad, el tipo de novelas/comics/series de temática homosexual al que me refiero yo está escrito por mujeres heterosexuales para mujeres heterosexuales. ¿Raro? Es posible, pero así es como funciona. DE hecho, este tipo de literatura tiene como target las mujeres entre 17-35 años, a las que normalmente no les gusta la literatura romántica al uso.

En pleno siglo XX es más fácil identificarse con según qué hombres que según con qué mujeres.

Este tipo de romances tiene dos vertientes que no te da literatura romántica al uso: la primera es la igualdad. Los personajes no tienen papeles establecidos, no tienen que "ser femeninas" ni demostrar que son "independientes". Es romance sin lucha de sexos.

Y la otra es el tabú. El hecho de que no está bien visto. EN la mayoría de los casos es un romance secreto que puede suponer la ruina social.

L. G. Morgan dijo...

Precisamente en pleno siglo XX creo que va habiendo personajes femeninos con los que identificarse. Se está revolucionando bastante el panorama para ofrecer otro tipo de protagonistas femeninas que no son la chica que trae el café.
En cuanto al género romántico del que hablas, me parece una buena salida. Pero sigo pensando que debe de ser un público minoritario. Y ojo que no digo que eso sea malo, es una estrategia igual de válida, público menor pero más fiel a lo que le gusta.
La cuestión sería para mí ver si en tu novela pesa más el aspecto romántico o el de ciencia ficción. Para ver si te conviene más moverla en un sector o en otro.
Aunque tal vez sean las propias editoriales las que "decidan", en el sentido de que lo acepten o no.

L. G. Morgan dijo...

Yo estoy enfocando la cuestión en el aspecto comercial, pensando en lo que, desde mi punto de vista, sería más fácil conseguir. Pero veo que quizá no es el punto de vista que buscabas. En ningún momento he tratado de analizar tu novela ni asignarle etiquetas.